Querido Señor:
Te agradezco mucho por todo lo recibido en este año. Lo bueno, lo malo, lo dulce, lo amargo. Las penas y las alegrías, la salud y la enfermedad, la riqueza, la pobreza.---
Pero por sobre todo, te agradezco por la sinceridad que encontré en mis nuevos amigos.
Esta Navidad solamente te pido un poquito más de sabiduría, y otro poquito de discernimiento para cuando mire a mi alrededor. Te pido por todos los hermanos míos que viven en condiciones extremas de maltrato u olvido. No te olvides de quienes están en prisión, hospitalizados o literalmente en la calle.
Yo de mi parte te regalo lo que no soy capaz de manejar por mis propios medios, signo de vanidad o de complejo de Superman. Permíteme tan sólo, ser un hombre normal, ser un hombre de bien.
Amén.
