Asciéndeme Señor,
junto contigo.
No me sueltes,
no me dejes abandonado
en este mundo tan perdido.
Te ofrezco mi templo,
mi sencillez,
mi humildad de corazón
y mi propósito de enmienda,
para que habites siempre
junto conmigo.
No me dejes mirando al cielo.
Y tratame siempre
como al mejor de tus amigos
Asciéndeme Señor, contigo.
Amén, así sea, así es.
No estoy completamente seguro
si esto es un poema, o es una canción.
A lo mejor el Señor me ha regalado, otra vez,
una oración hecha poema
y un poema hecho oración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario